Monday, May 28, 2007

La sicaria de Apatzingán

Instrucciones de uso: este arranque lírico inspirado en el enfrentamiento del Ejército con sicarios en Apatzingán, Michoacán, el 7 de mayo de 2007, que originalmente debía ser un corrido, pero es un género norteño con una estructura muy precisa, por eso debe ensamblarse en una estructura de hip-hop agresivo. Atentamente el autor

La sicaria de Apatzingán

Por: lemur toy

Los vecinos de esa calle

Fray Melchor de Talamantes

La veían, siempre callada, siempre distante

Filosa mirada, sonrisa quebrada

Siempre seria, camina siempre callada

Apenas cruzaba con el prójimo alguna palabra

Sorprendió verla en primera fila en la balacera

Ese lunes mayo 7 ya entrada la mañana

Cayó la gatillera del narco, la joven sicaria,

Te reventaron a plomo Claudia Alejandra

Tu sentencia ya estaba desde antes firmada

Era empleada, dice su padre

Vendía ropa, comentan familiares

Con sus dos chamacos vivía

Mirada severa, toda hermetismo

En un mes cumpliría los veintisiete

Claudia Alejandra Cortés Reyes

Gatillera, sicaria, matona de Apatzingán

Cabalístico, su destino fatídico

Corazón tierra del narco en Michoacán

“Vida loca y breve” en diarios publicarán

Era sicaria, gatillera, matona,

Nadie sospechaba, nadie la veía

Nunca nadie supo que de noche salía de cacería

Un “levantón”, un ajuste, por un “oreja”, sobre una “chiva”,

A reventarles el lomo siempre dispuesta iba,

A ponerles en la madre baja tarifa, ella acudía,

Con cuerno de chivo y una Mágnum les caía

Siete veces siete cartuchos percutidos les metía

Si le gustaba sonreía,

Entre los macizos nadie con ella se metía

Pero nunca… Nunca por dinero ella lo hacía

Era sólo fantasía descargar sin contención toda su ira

Ella por dinero no lo hacía

Ella por dinero no lo hacía

Los 27 en junio ella tendría

Pero a la casa 147,

Pronto los guachos les cayeron

Era un lunes siete de mañana

Siete de mayo del año dos-cero-cero-siete

Tres horas antes en una Silverado color plateao

Otros dice que era una Lobo negro

Otros más un Hummer blanco

Venían de una tarea bien cumplida con AK-47 y R-15,

Toda la noche llevando al monte “levantados”

Pero de regreso en la mañana toparon a los guachos

Escaparon de momento y creyeron haberla librado

Pero de lejos los siguieron entre calles de la Hidalgo

Hasta la casa donde el destino los estaba ya esperando

Un par de horas los anduvieron venadeando

Los militares todos se apertrecharon

Aquellos no sabían, y uno salió por unas chelas,

Lo vieron, reconocieron, traía fusca y esperaron

Fueron segundos eternos

Saltaron los guachos gritando:

"Somos Ejército mexicano, tiren sus armas y salgan con las manos en alto"

Dicen en su oficio, sardos, milicos, militares, los guachos

Pasaron sólo segundos, escasos segundos

Eternidades que todos tragan mudos

Son las cero nueve, dos, cuarenta y siete

Corren segundos, se queman los nervios

Nadie responde, el silencio los tiene locos

Se abre por fin la puerta lenta y eternamente

Pero ya todo había empezado,

Ya todo estaba trazado; ella se asomó disparando

Montada en una tormenta de AK-47

La sicaria, la gatillera muere indiferente

Se dio no por dinero, nada dejó

Sólo cumplir la fantasía

Desafiar esa muerte a fuego lento

Nada deja, nada se lleva

Por apretar el gatillo

Por vengar su destino

Por la breve vida

De un trago se bebió enterita

Sangre a fuego y lodo quemado

Se dispararon y se dispararon

Por dos horas se dispararon

Nadie lo esperaba nadie sospechaba,

Sólo dos hijos, no deja nada,

Ni dinero, ni casas o carros, no deja nada

Sólo ahí tendida, ya desfigurada,

A las once de la mañana hora oficial

Misma en que nació una mañana

Los guachos les dieron muerte a plomo

Le dieron balas hasta calcinarla

De plástico unas flores dejaron

En lugar apartado del viejo panteón.

Tuesday, May 22, 2007

Última antesala

A la cuarta semana más vale relajarse

Permitir con estoicismo el ingreso de las pinzas y alambres,

Microsierras, agujas, tornillos y fresadoras de hueso

A un tiempo cómplices del suave ritmo que se mece

En asépticas resonancias de música de filmes

Amortiguados en el piano vibratorio de añoranzas

Melancolías vivas que a ojos cerrados inducen al olvido

Pero el recuerdo constante del nervio alcanzado por el filo

Alarma en silencio abierta la boca suplicio que no acaba

Sofocada incomodidad con hule clínico y tragos de cloro

Implorada anestesia irrumpe en balsámico sopor

Encías agradecidas de sensaciones abstraídas

Molar dispuesto a vivir correcto

Thursday, May 10, 2007

Antesala 2.0

El perfecto infierno donde la música languidece

En un fácil elevador adormecido con formaldehído

Se devanan las peores pesadillas

Que visten de azul hospitalario y modales plásticos

En recibimiento de ninfas en manicomio

Pasa mi doliente encía por umbral esmerilado

Entre saludos recostado renuncio a mi voluntad

Entrego mis molares a lento y eficaz tormento

Abrir y cerrar cajones arrastrar de zapatos

Alinear instrumentos de metales chirridos

Filos y ganchos presienten de la carne inocente

La entrega solemne el rictus extremo de abrir la boca

Más un poco más y trabarla en penosa contracción

Adrenalina y saliva ahogados gritos en silencio

Agazapado en la garganta de hule seco

Hule químico y micro anestesias locales

Los pasos, los cajones, las sorpresas mecánicas

La limadura de diente que se abre paso

Desde huesos mojados y agostar el nervio

Doblegarlo en su esencia de dolor es el reto

Crótalo de cuatro cabezas electriza

El gélido filo del metal de ganzúa en finísima punta

Persigue y desgarra la cuna misma de la dolencia

Científicas, exactas, trepanaciones matemáticas

Me entrego, me fulmino en el reclinable

Obligado, una hora a la semana

Por el maldito imperio pétreo de la mala carie

Son cuatrocientos, bien, gracias, no mastique

Nos vemos la próxima semana

Perfectos cómplices ok

Monday, May 7, 2007

Antesala


En la muela destrozada

Florece el dolor del nervio histérico

La hipersensible hinchada terminal

Desgarra la cordura sin un solo rasguño

Se instala y carcome la paciencia

Los cimientos de la calma

Incrustación de purulencia pétrea

Destruye

Inveterada condición humana que espera

Sentada impertérrita desespera

La ilusión indolora y caótica

La certeza de un morir

Si sentir que se vive huyendo

El pretexto

Al otro lado de la puerta se trepana

Se excava el esmeril de astillada encía

Con lentitud macabra

La raíz de hueso cae a pedazos

Preludia el la pesadilla de clavo y flúor

La ignominia de la silla del dentista

Antesala

En la muela destrozada

Florece el dolor del nervio caído

La hipersensible hinchada terminal

Desgarra la cordura sin un solo rasguño

Se instala y carcome la paciencia

Los cimientos de la calma

Incrustación de purulencia pétrea

Destruye

Inveterada condición humana que espera

Sentada impertérrita desespera

La ilusión indolora y caótica

La certeza de un morir

Si sentir que se vive huyendo

El pretexto

Al otro lado de la puerta se trepana

Se excava el esmeril de astillada encía

Con lentitud macabra

La raíz de hueso cae a pedazos

Preludia el la pesadilla de clavo y flúor

La ignominia de la silla del dentista